Título: Encuentro con un famoso
Categoría: General
Nota: Lo escribí para mi prima y su fanclub.
Estás emocionada. Ya casi no recuerdas cuánto tiempo estuviste esperando este día. Tuviste que viajar más de dos horas pero sabes, estás completamente segura, de que va a valer la pena.
Alrededor tuyo hay más de cientos de personas, chicas en su mayoría, en tu mismo estado: rebosantes de alegrías. En seguida te unes a la multitud que canta —grita— su nombre en un canto increíblemente afinado y sincronizado, hasta que él aparece saludando; entonces comienzas a gritar a todo pulmón de la emoción en un chillido que extrañamente no te deja sin aire.
Sin que te importe estar apretada entre las demás fanáticas ni el calor humano que en cualquier otro momento te podría sofocar, sacas tu cámara y te dedicas pura y exclusivamente a observarlo moverse, a acompañar su voz barítona con la tuya a lo largo de cada una de las canciones, a tomarle fotos y grabarlo mientras él da el mejor espectáculo de tu vida.
Y entonces en un momento determinado —no sabes cuándo, no te interesa mirar el reloj, sólo importa que sucedió—, él te regresa la mirada. Fue un instante eterno pero fugaz al mismo tiempo en que los ojos de ambos se conectan y parecen decirse todo de una, sin palabras mediante. No obstante, él devuelve la mirada a la muchedumbre en sí. Eso no te molesta ni te entristece, sino que continuas en estado de shock. Vuelves en sí y sientes que tu corazón empieza a latir de nuevo.
Con una renovada sonrisa, empiezas a gritar de nuevo. Y, en lo que te pareció un suspiro, el concierto terminó. Sólo que cuando miras el reloj, te enteras que realmente duró dos horas. Sales completamente emocionada y no puedes parar de hablar del show. Tu mamá te escucha casi sin interrumpirte hasta que llegan al hotel, cuando casi te obliga a que te duermas y te niega ir a su hotel a acampar para verlo de nuevo. A regañadientes, le haces caso. Aunque estás completamente segura de que no dormirás hoy.
No obstante, el cansancio te vence.
Antes de empezar el viaje de vuelta, vas con tu mamá a desayunar. Mientras le cuentas que tu amigas no te creerán lo genial que la pasaste y te apenas de que ellas no hayan podido venir, empiezas a mordisquear una medialuna. Escuchas que las puertas del bar se abren y por ellas ves entrar a tres o cuatro personas, una de ellas de menor estatura y con gorra y lentes de sol.
Empiezas a llamar la atención de todo el local cuando toses al atragantarte con la medialuna. Tu mamá te palmea suavemente la espalda y oyes que te preguntan si estás bien, con una pésima pronunciación y un marcado acento extranjero. Y, claro, una voz que reconocerías aunque fueras sorda.
Levantas la mirada y tu garganta se seca cuando dices un tartamudeado "gracias". Ves cómo su sonrisa se ensancha y se quita los lentes oscuros dejando al descubierto aquellos expresivos ojos.
—Hey, I saw you last nigth —él dice. Tú sabes poco inglés, pero entiendes lo que dijo y sientes como tu corazón se saltea dos latidos. Se acuerda de ti, y ese solo pensamiento hace que tu corazón bombee sangre como loco y que tus mejillas se tornen rojas—. Did you liked it?
Por un segundo dudas poder responderle, pero de tu boca se escapa un afinado "I loved it!" y te maravillas mientras ves cómo su sonrisa se ensancha y el calor de su mirada se intensifica.
Lo llaman y sientes como tu burbuja empieza a romperse. Antes de dejarlo despedirse y que se vaya, buscas la cámara y le pides una foto con un tartamudeo. Él asiente y se sienta para la foto a tu lado, aproximando su mejilla a la tuya hasta que se rozan —y sientes en ese microsegundo un escalofrío recorrer tu espalda—, y rodea con su brazo tu cintura mientras sonríe para la foto.
Aprietas el botón disparador y eternizas ese momento en tu nueva foto favorita.
Él se para y se despide, pero antes de marcharse se da vuelta con una sonrisa.
—Hope to see you again —comenta y se va.
Dudas de si esto ha sido real o un simple pero fantástico sueño. Aún así, no te es necesario saber inglés para estar completamente segura de que también esperas volverlo a ver.
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